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RESUMEN DE LA CONFERENCIA
La globalización, un fenómeno impulsado por las nuevas técnicas de las
telecomunicaciones, constituye el signo de nuestro tiempo y, a la vez,
su gran reto. La superación de los espacios nacionales y la tendencia a
alcanzar dimensiones mundiales no es exclusiva de la vida mercantil
(empresas y mercados), sino común a los ámbitos políticos, sociales y
culturales. A medida que el mundo empequeñece (“la aldea global”) el
Estado se debilita y para hacer frente a los nuevos retos se ve obligado
a ceder parcelas de la vieja soberanía y a pactar con otros uniones
regionales y políticas comunitarias.
La globalización facilita la homogeneidad de hábitos sociales y acciones
culturales, pero también agudiza las diferencias económicas entre pobres
y ricos y crea conflictos.
Un mundo globalizado exige un nuevo Derecho que resuelva adecuadamente
esos problemas, un ideal basado en la superación de diferencias entre
ordenamientos nacionales, en su armonización o en su uniformidad. Un
camino largo y tortuoso, que busca fórmulas de integración, y que España
parece recorrer en sentido contrario a la dirección única
