Observaciones
RESUMEN DE LA CONFERENCIA
La sucesiva pérdida del patrimonio artístico español y en consecuencia el sevillano se inicia en la guerra con los franceses en 1810, prosigue con la Desamortización de Mendizabal en 1834 y culmina en la Revolución de 1868. Cuando ya parecía que la pérdida de este patrimonio se iba a acabar, desde principios del siglo XX muchas entidades religiosas enajenaron sus obras de arte para resolver sus penurias económicas.
Este es el caso de las Clarisas de Carmona que en 1910 vendieron al arqueólogo Jorge Bonsor las pinturas que en el presbiterio de su Iglesia narraban la vida de Santa Clara, obras que habían sido pintadas por Juan de Valdés Leal en 1653. Con posterioridad a la muerte de Bonsor en 1930 la serie se dispersó en diferentes paraderos.
Se analizan las seis pinturas que componían esta serie dentro de las características general de Valdés Leal y después se comentan cada una de ellas, analizándose tanto desde el punto de vista iconográfico como de sus características técnicas. Se resalta su importancia y se subraya finalmente las desafortunadas vicisitudes históricas que afectan a las obras de arte y que las priva de sus primitivos emplazamientos con lo que pierden gran parte de su sentido y significado.
